Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (OSD) sintetizan las metas que todos debemos contribuir a alcanzar para mitigar los problemas más apremiantes que enfrenta la humanidad actualmente.
El cambio climático, la falta de agua, la eliminación de los desechos tóxicos y la pobreza son apenas algunos de los retos que tenemos por delante y que tanto los gobiernos, como el sector privado, las ONG y comunidades organizadas están llamadas a incorporarlo en sus organizaciones para así actuar responsablemente y ayudar a contrarrestar sus efectos en nuestro entorno.
Por eso, al comenzar un nuevo año, sentimos la necesidad de sumarnos a esa gran campaña mundial que apuesta por un mundo depurado, sostenible y productivo, sin comprometer la existencia de las próximas generaciones.
Frente a esta realidad, es mucho lo que podemos hacer los empresarios para incorporarnos en esa lucha.
Comparto con ustedes algunas recomendaciones bastante útiles para activarnos en este sentido y diseñar un plan en función de algunos de estos ODS, para el bien de todos.
Conocer y difundir el alcance de los ODS
Es difícil perseguir y lograr lo que no se conoce. Por eso lo principal es dar a conocer y concientizar sobre los ODS, su importancia, principales riesgos y cómo podemos contribuir, desde nuestro espacio personal, profesional y ciudadano a lograrlos.
Seleccionar las ODS que puedan alinearse con la empresa
Resulta inviable y hasta presuntuoso intentar algún plan de acción donde trabajemos para los 17 ODS a la vez. Por eso es recomendable seleccionar los que guardan mayor relación con la naturaleza y actividades de cada organización, esto nos garantizará mejores resultados.
Practicar lo que se predica desde las políticas laborales
La ley debe entrar por casa, y la forma más fácil para ello es adoptando una política laboral mucha más inclusiva, equitativa, diversa y llegar a las comunidades que generalmente no tienen la oportunidad de participar en la industria.
Evaluar las cadenas de suministro
Otra decisión de primera mano es revisar y seleccionar aliados y proveedores que compartan nuestro interés por alcanzar las ODS. Realmente no seríamos coherentes si mantenemos relaciones con quienes no producen de manera sostenible, emplean menores de edad fuera de la legislación o sacrifican el bienestar de una comunidad por su modo de producir, esto por poner algunos ejemplos.
Optimizar la comunicación y la transparencia
Suele ser un buen indicio mejorar la comunicación y la forma como presentamos los resultados de nuestras actividades a los grupos de interés.
No se trata de tener que mostrar todo, sino simplemente de ser más estratégicos en nuestros mensajes. Quiénes son nuestros proveedores, por qué los elegimos, cuales son nuestros programas de RSE, a cuántos benefician, cómo logramos ahorrar costos a partir del reciclaje, etc.
Recuerden que no es solo cuestión de pregonar lo que se quiere, sino de ser convincente y confiable por obrar para lograr lo que queremos.
Actuar para enfrentar el cambio climático
Paso a paso se pueden emprender pequeñas medidas en función de este problema mundial. Desde usar energías más limpias hasta cambiar el material de los empaques, hay mucho camino por recorrer sin que esto suponga costos importantes.
Ver más allá que un plan anual e insertarlo en nuestra cultura corporativa
Los ODS son objetivos a largo plazo que deben internalizarse y pasar a ser parte de nuestra filosofía y cultura corporativa.
De allí que bien pudieran ser la base para los programas de RSE, aportando a ONG específicas o diseñando nuestros propios planes de asistencia a sectores vulnerables.